sábado, 7 de enero de 2012

Lo sincero como vital (Falkenberg Farewell, 2006)



"23 de Julio. Hoy estuve pensando mucho sobre el tiempo que pasamos en la tierra. La grandeza de todo esto pero también su debilidad. Todos moriremos algún día... así es como es. No lo sé, intento imaginármelo. Una gran respiración final… llenas tus pulmones hasta que estén a punto de reventar, tu corazón late y la tibia sangre se dirige al cerebro creando mareo y calor… sólo para drenar otra vez. Un poquito cada vez."




El concepto de cine de autor nace en las entrañas de Cahiers du Cinema y del trabajo de los Melville, Truffaut, Godard,… cuya influencia ha trascendido hasta convertirse en un punto de inflexión global para el lenguaje cinematográfico. En dicha definición se primaban unos valores acordes con la máxima de que el séptimo arte debía regirse por la sinceridad de lo personal, de lo vivido o sentido. Quizás Jesper Ganslandt, cuya experiencia previa se limita al mundo televisivo y a los videoclips, no comulgue directamente con las películas de la llamada nouvelle vague, sus influencias se adivinan más cercanas al “heredero indie americano” en general y a Gus Van Sant en particular, pero con Falkenberg Farewell (Farväl Falkenberg) este sueco no hace más que reinvindicar la importancia de aquel punto de inflexión.

Y es que el verdadero valor de Falkenberg Farewell (Farväl Falkenberg) es la sensación absoluta de estar viendo un retrato sincero, una reflexión sobre el paso a la madurez que un grupo de amigos viven en su último verano en el pueblo que los vio crecer. Con una marcada estética indie, la cámara navega entre los sueños y fantasmas que flotan en la mente, en el corazón y en las palabras de cada uno de sus protagonistas. Vista desde la mirada de la serenidad, la película posee unas altas dosis de un hipnotismo que esquiva la petulancia gracias, en gran parte, al cercano y enorme trabajo interpretativo que transciende entre lo conocido. En conjunto la obra logra dibujar el poso crónico heredado en ese salto rotundo en el que descubres si eres quien dices ser, por lo que contiene ese punto mágico del cine en el que descubres cosas propias en palabras e imágenes ajenas, recuerdos enriquecidos por la sorpresa ante lo desconocido de una cultura impropia.


Falkenberg Farewell (Farväl Falkenberg), 2006

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